Título: Mandíbula
Autora: Mónica Ojeda
Editorial: Candaya, S. L.
Fecha de publicación: 12 de marzo de 2018
Número de páginas: 288
Llegué a este libro por una recomendación que hizo la escritora y periodista Karina Sainz Borgo hace varios meses durante unas jornadas, entonces recordé que había oído hablar a su autora en el programa de RTVE "Un país para leerlo" y sentí muchas ganas de hacerme con él. Después de haberlo conseguido no me arrepiento en absoluto, aunque he de confesar que su lectura me ha resultado difícil en ocasiones debido a la crudeza de lo narrado.
En una presentación de la novela, Mónica Ojeda asegura que en ella quería trabajar el vínculo existente entre el miedo y las pasiones, especialmente el deseo. Para ello recurre a potentes personajes femeninos (los masculinos aparecen poco a lo largo del relato y cuando lo hacen es de manera muy secundaria, "como fantasmas" en palabras de la autora), la mayoría de ellos adolescentes. Cabe recordar que la adolescencia es una etapa muy complicada en el desarrollo del ser humano en la que las emociones, los descubrimientos, los interrogantes, las relaciones y los comportamientos están revestidos de una gran intensidad. A todo esto se une el contexto en el que sitúa la historia, un colegio privado religioso del Opus Dei, caracterizado por las prohibiciones, la exigencia del cumplimiento de estrictas normas y la represión de conductas. Con estos elementos Ojeda elabora un relato espeluznante en torno a un grupo de chicas, a las relaciones que mantienen entre ellas y a cómo se comportan con los demás, especialmente con una profesora de Lengua y Literatura nueva en el centro que arrastra una experiencia traumática ocurrida en su anterior destino, un colegio público. Temas como la manipulación, el cuerpo, la relación madres/hijas, profesoras/alumnas y amigas, la sexualidad, la violencia, los rituales, la religión, el secuestro, la intromisión en la intimidad, los retos, la adolescencia, el terror, la depresión, la perversión, la amistad entendida como pertenencia a una secta, la traición, el dominio, el dolor, el nulo miedo a la muerte, la crueldad, la falta de límites y de empatía o la arrogancia son tratados por la autora con realismo, habilidad y dureza. Utiliza un lenguaje apropiado a cada situación, poético muchas veces a pesar de la sordidez de lo narrado. Me ha llamado la atención la exactitud con la que narra el ambiente de los institutos, las relaciones entre los profesores, la manera en que afrontan la docencia y la impotencia que sienten ante la permisividad de la directora con las actitudes -en ocasiones hostiles y degradantes- de las alumnas hacia ellos. También es digno de destacar el manifiesto del terror que una de las protagonistas elabora como trabajo de clase y envía a la profesora, y la connotación aterradora del color blanco. Son frecuentes las referencias literarias, especialmente H. P. Lovecraft y Herman Melville. Los personajes más destacados son las dos líderes del grupo -Fernanda y Annelise- y la profesora Miss Clara. En cuanto al tiempo, encontramos tres líneas temporales -el secuestro actual, la experiencia traumática de la profesora y los juegos de las amigas- que convergen al final en la idea de un mundo femenino monstruoso. Gracias a esta novela he tenido conocimiento de la existencia de las creepypastas, -historias de terror que circulan por Internet- a las que las protagonistas son muy aficionadas. Lectura muy recomendable.